domingo, 29 de mayo de 2011

Cartas a Theo


Este libro es un conjunto de cartas de Van Gogh a su hermano Theo ordenadas cronológicamente sobre la experiencia de su vida como pintor, todavía no reconocido como artista. Gracias a ellas, hemos podido obtener información sobre este hombre tan interesante, que no sólo ha demostrado ser increíble como pintor, sino también como escritor. En él podemos aprender técnicas sobre los colores, así como averiguar más sobre su vida más íntima, en la que lo más interesante, en mi opinión, es saber que a pesar de no vender sus obras no quiso cambiar su manera de hacer arte, su modo de ver las cosas y su forma de plasmarlas, independientemente de sus difíciles circunstancias económicas. Él mismo dijo: “La esperanza, el deseo de triunfar está quebrantado, y trabajo porque necesito hacerlo; para no sufrir tanto moralmente, para distraerme” “Como pintor, yo nunca llegaré a ser importante; estoy absolutamente seguro”.
Es triste saber que los grandes artistas lo han sido una vez muertos, en la mayoría de los casos, porque han roto con el arte aceptado en su momento.
Me quedo con algunas de las frases de este libro:
“Estoy empezando a asumir que la locura es una enfermedad como lo pueda ser cualquier otra y lo acepto como tal”.
“Tenemos que recordar que las fuerzas que mueven nuestra vida son las pequeñas emociones, y las obedecemos inconscientemente”.
“Mi intención no es reproducir tal y como está lo que tengo delante de los ojos, sino que me sirvo arbitrariamente del color para expresarme con firmeza”.
“Porque el arte es grande cuando es simplemente verdadero”.
“No me gustaría que mis figuras fueran buenas, me desagrada que sean académicamente correctas”.
“Me gusta más pintar los ojos de los hombres a las catedrales, ya que encuentro que en ellos hay algo de lo que las catedrales carecen, aunque sean majestuosas y se impongan; el alma de un hombre, aunque sea un pobre vagabundo o una muchacha de la calle, me parece más interesante”.

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